La meditación ha sido utilizada por líderes y practicantes espirituales en diversidad de tradiciones de fe a lo largo de muchos años, pero existen dos categorías basadas en el énfasis puesto al dirigir la atención durante la meditación.

 

La primera incluye la meditación en un objeto. Esto comprende la concentración en la repetición de una frase significativa, un canto o una oración, o bien, mantener la atención en un objeto, una imagen sagrada, o las sensaciones de la respiración o el cuerpo. Si el practicante se distrae, este regresaría intencionalmente la atención a ese objeto.

 

La segunda categoría reúne todas las practicas meditativas enfatizadas en la conciencia o mindfulness. Esta práctica cultiva la conciencia del momento presente, en donde se presta atención a todos los fenómenos materiales e inmateriales presentes aquí y ahora, y a su naturaleza de constante cambio.

 

Se adopta plena conciencia de lo que la experiencia del momento presente ofrece desde el plano de las sensaciones corporales, los sentimientos y los pensamientos, en relación consigo mismo y con el entorno.

 

El mindfulness es una cualidad innata del ser humano, no se adquiere o se aprende. Es un recurso interno esperando ser despertado para ser utilizado con sabiduría en beneficio propio y de los demás.

 

La meditación mindfulness le permite al individuo vivir plenamente, desarrollando una conciencia clara del momento presente que le permita gozar de beneficios físicos, mentales y espirituales.